20.12.20

Cierra el Canje Carina

     Esa segunda vida que los bolsilibros vivían en los canjes de revistas va llegando a su fin con la desaparición de los últimos canjes. No sé cuál será la situación en otras ciudades, pero en la ciudad donde nací, Mar del plata, los comercios dedicados al canje de novelas van desapareciendo. Hoy, el canje Carina, uno de los tres que aun funcionaban en la ciudad, cierra sus puertas. 
 Su dueña, a quien había entrevistado en septiembre del año pasado, ya tenía planes de cerrar, para lo que necesitaba vender la propiedad, cosa que, finalmente, logró hacer. 
Yo me enteré que ella había logrado vender y pensé que el local ya estaría vació, por lo que decidí ir a sacarle una foto al comercio cerrado. 
  Por suerte me encontré con la dueña, Clotilde, que estaba esperando a un hombre que iba a comprarle las estanterías. Así que aproveché para hacerle algunas preguntas sobre el cierre. El local se encontraba casi vacío salvo por unos estantes llenos de bolsilibros de Corin Tellado, y algunos libros apilados tras la puerta. 

Local 42 - Moreno 2254 - Mar del plata.


Cuando hablamos hace un año estabas con el local a la venta. ¿Cuándo lograste venderlo? 
   Veinticuatro o veinticinco de agosto me confirmaron que se vendía y mi hijo pidió cuatro meses, yo me dije una barbaridad. 

Eso te daba tiempo para vender todos los libros.
 Si, pero lo que pasa es que con el cambio tenía mucha cantidad, porque con el canje no hay nada que te alcance, como es barato se leen 50, 60, cambian mucho, algunos vienen de afuera, de otra localidad. 

Claro, tenías que dejar de cambiar y vender todo en estos meses.

   Si, entonces hice los cartelitos para vender las revistas y novelas, a los cuatro días vine entusiasmada, incluso la vecina de enfrente me preguntó, ¿que pasa Clotilde? Es que vendí el local, le dije, porque a mí lo que me molestaba era la propiedad, porque era mucho gasto, son cinco mil pesos mensuales. Por eso no quiero quedarme un día más en enero. O sea me tuve que bancar casi veinticinco mil pesos de gasto, con el negocio cerrado.

Claro, porque con la pandemia no podías abrir o si abrías la gente no venia.

  Sabes una cosa que me había quedado por preguntarte la otra vez: Vos en esta última etapa del canje, en que ya no había muchos canjes (solo queda San jorge y canje Mariano) en esta última época, sellabas? Porque el sello tenía sentido cuando la novela viajaba a otros canjes y te hacía propaganda.
  Dejé de sellar cuando supe que lo vendía, cuando tomé la decisión.

O sea que sellaste los bolsilibros casi hasta el final. 
  Si, el sello me quedó viejo, se fue deshaciendo y yo lo seguía usando. No voy a hacer un nuevo sello, me dije, yo me tengo que ir. Ves cómo quedó?

Si, se deformó con el uso, le voy a sacar una foto y la subo al blog. Cuánto tiempo te duraba el sello, cada cuánto lo tenías que volver a hacer?
  Este debe tener 15 años fácil, yo los solía hacer en Luro, librería Luro, creo que hice dos o tres desde que estoy acá, los otros duraron más, ¿Ves que a este le falta un pedazo?

Bueno no te podes quejar, selló hasta el final.
  Si, yo los amo a todos mis clientes, porque me han seguido tantos años. Me emociona pensar que los dejo, pero nos vamos a hablar por teléfono me dicen algunos. 

El sello del canje sella por última vez.


 Entre los bolsilibros de Corin Tellado, Clotilde, encontró algunos que habían quedado de ciencia ficción, pero buscando también pudimos hallar algunos del oeste y un par de policiales. Así que esta fue la última compra en el canje Carina, quedan otros dos funcionando, pero este era el que mayor cantidad y variedad de bolsilibros tenía.  

2.12.20

Vendieron nuestras vidas

 Luego de meses sin tener tiempo para dedicar al blog lo retomó con una breve reseña.

Edición original

Titulo:  Vendieron nuestras vidas
Autor: A. Thorkent / Ángel Torres Quesada
Portada: Luis Almazán
Editorial: Bruguera
Colección:  Héroes del espacio 
Nro:  184
Pag.: 94
Año: 1983

Sinopsis:

  Jess Rhodes, quien trabaja en Inglaterra en una agencia de viajes, descubre que no puede vender pasajes para ningún destino fuera del país. Esa noche se reúne con dos amigos en un bar y les comenta lo que le ocurrió. Sharon Seeley y Abe Shapiro, quien es periodista del periódico Sun.  

   Sharon Seeley trabaja en una oficina del estado, donde comienzan a darse reuniones de generales, un día descubre unos documentos con listas de personas que abandonaran el país próximamente, científicos  y políticos.

  Al descubrirse que tuvo acceso a esos documentos comienzan a seguirla, al llegar a su departamento un agente ingresa y la sujeta con violencia, pero se ve interrumpido por la llegada de Abe que lo ataca a golpes y huye con Sharon.

  Abe junto con sus dos amigos comienzan a reunir indicios sobre un complot contra Inglaterra, que culminara el día 14 a las catorce horas cuando la población de inglesa sea eliminada. Deciden ponerse en contacto con un controvertido periodista independiente para dar a conocer la poca información que poseen, pero mientras lo hacen deberán huir de agentes de seguridad que intentan capturarlos.

Critica: 
  Este es uno de los pocos bolsilibros que conserve de mi infancia. Cada tanto algún bolsilibro me gustaba mas que el resto y lo sacaba del grupo que iba y volvía de los canjes. Recuerdo que la temática conspirativa me había impresionado, tenia unos 11 años y en ese entonces me había parecido muy original y recuerdo que el final me había parecido abrupto , como si se terminara la historia cuando estaba en su mejor momento. Hoy vuelvo a leerlo.
  La trama conspirativa que se teje sobre los personajes y que me impresiono cuando era niño sigue funcionando, creo que ese suspenso es lo que ayuda a mantener el ritmo durante todo el relato. El lector queda enganchado desde el momento en que la conspiración que descubren los personajes se vuelve real para ellos y deben empezar a huir. 
 
Valoración: ☆☆☆
 
Copia:
   La copia, que por lo visto estaba en buen estado cuando la retire de un canje de revistas, no tiene sellos o marcas de lectura. Permaneció guardada unos veinte años en una caja junto a otros libros en un placard, por lo que el paso del tiempo estos años no lo han afectado. 

Portada: La portada es una lograda ilustración de Almazán, que nos muestra una nave, aparentemente de grandes dimensiones sobrevolando un planeta rojizo, nada que ver con el relato, aunque como portada cumple con la función de llamar la atención.